Nos sometemos a una prueba de esfuerzo

El pasado 17 de abril el Consejo de Gobierno de La Rioja dio luz verde al Decreto por el que se aprobaba el Plan Riojano de Asistencia Médica en el Deporte, que está dirigido a los integrantes de los estamentos deportivos y a jóvenes inscritos en los Juegos Deportivos de La Rioja. Este Plan es de aplicación obligatoria para todas las Federaciones Deportivas de La Rioja, organizadores de eventos y actividades deportivas oficiales y no oficiales, así como para los titulares de instalaciones deportivas de uso público.

Uno de los aspectos más novedosos del plan es el Programa de aptitud física, con el que se pretende proteger la salud de los deportistas, comprobando su aptitud física respecto a la actividad deportiva practicada, mediante la realización de reconocimientos médicos.

De esta forma, además de los reconocimientos que se realizan en el deporte en edad escolar, en el deporte federado, las Federaciones Deportivas exigirán, para la expedición de la primera licencia deportiva, superar un reconocimiento médico o contar con un certificado médico equivalente. Quedarán excluidos los deportistas que hayan superado el reconocimiento médico en el deporte escolar.

Además, en el deporte organizado no federado de alta exigencia, será necesaria la superación de un reconocimiento médico para poder participar en competiciones deportivas planificadas, diseñadas y desarrolladas al margen de las federaciones deportivas riojanas.

Independientemente de la obligatoriedad de un examen médico para los practicantes habituales de algún deporte, la valoración médica para el deportista debería ser un factor de tranquilidad a la hora de enfrentarse a los entrenamientos y las competiciones.

Siguiendo este principio, nuestro compañero en Correr en La Rioja Emiio Sáez se puso ayer en manos de los especialistas de la Clínica Alxen de Logroño, para someterse a una prueba de esfuerzo de cara al próximo maratón de Pamplona. Para conocer todos los detalles, acompañamos a nuestro compañero en esta prueba.

La prueba comienza con una entrevista acerca de enfermedades pasadas y presentes así como los antecedentes familiares. A continuación se procede a la medición de altura, de peso y de la presión arterial en reposo.

Tras estas pruebas previas, Emilio pasa a la cinta de correr enfundado por la venda que sujeta los electrodos que le unen al electrocardiógrafo. La cinta va aumentando de velocidad progresivamente cada minuto y medio desde un ritmo de paseo, pasando por el trote hasta el intenso de carrera. La duración máxima en la cinta es de 27 minutos, considerándose la prueba válida llegando al 85% de ese tiempo y pudiendo parar a partir de ese momento si el paciente estuviera muy fatigado para seguir. Durante la carrera en la cinta se le va comprobando además la presión arterial cada cinco minutos que debería ser constante en la diastólica y aumentar en la sistólica.

La prueba de esfuerzo puede realizarse en bicicleta estática o en cinta, dependiendo del deporte que el paciente practique. En bicicleta la medición se realiza manteniendo al paciente con una misma cadencia de pedaleo pero aumentando la potencia cada dos minutos, desde los 75 vatios hasta los 400 vatios.

La prueba de esfuerzo busca alteraciones en el electrocardiograma mientras se le somete al cuerpo a un esfuerzo intenso durante un determinado tiempo. Esta prueba no es 100% determinante porque pueden existir problemas en el paciente que no se muestren durante una prueba de esfuerzo. Además, existen factores externos como puede ser la climatología durante la práctica del ejercicio físico que no están presentes durante la prueba de esfuerzo, ya que ésta se realiza en un ambiente controlado. A pesar de eso, una prueba de esfuerzo da al paciente una importante información cardiovascular a la hora de la práctica del deporte.

La prueba de esfuerzo puede completarse con un estudio del umbral láctico. Esta prueba determina la capacidad anaeróbica del deportista, es decir mide el punto de máxima de intensidad en el que podemos mantener el equilibrio entre la producción y eliminación del ácido láctico en nuestro cuerpo. Esta prueba ayudará al deportista a conocer sus umbrales óptimos para el entrenamiento. El nivel de lactato va cambiando en función de la calidad y la cantidad de entrenamiento, por lo que la prueba solo es válida para el momento actual de entreno del deportista.

Para más información acerca de las pruebas de esfuerzo en Clínica Alxen, la dirección es Calle Sequoias, 12 en Logroño y el teléfono 941 275 062.

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